Una propuesta para parir nuestra chispa de Luz

Una visión holística de la educación

Muchas veces me he preguntado cuál es el verdadero sentido de la educación; qué es educar, qué significa. Desde su etimología (educere) es sacar afuera lo que está adentro; sacar a la luz.

Entonces:

¿Qué hace el educador? ¿cuál es su misión? ¿cuál es el ámbito en el cual la desarrolla plenamente?. ¿Es en la escuela? ¿en el hogar? ¿en la empresa? ¿Quiénes son educadores? ¿Acaso son sólo aquellos que están en un aula frente a los alumnos o son también quienes conducen, están a cargo de grupos y los asisten de algún modo?

Reflexiono sobre los contenidos, las formas y metodologías necesarias para que se produzca el milagro de la educación, algo así como un alumbramiento, como un nacimiento.

Educar, Gestar, Crear, Dar a Luz, Parir, Renacer.

Educar es un arte y el educador, un artista; ha de tener la habilidad de escuchar a las musas cuando susurran a su oído aquellas palabras, aquellos sonidos que trascienden la individualidad, el sentido físico, y se conectan con lo Universal. Ha de ser capaz de ver más allá de los ojos, de ver con el corazón; tal como lo hace un artista cuando crea, cuando escribe, cuando da formas, movimientos, colores, sonidos.

Un artista (un educador) se conecta directamente con su esencia; tiene una relación casi mágica con lo Infinito desde su propio centro. Su comunicación carece de intelectualidad; da espacio a la intuición, a la inspiración para que pueda llevarse a cabo ese acto de crear, de dar a luz.

El arte y la educación tienen algo sagrado, es la chispa divina que hace que sus actos sean únicos. Esto es posible cuando la comunicación es profunda, genuina, sin las interferencias que producen las estructuras mentales.

Educar es un acto de amor.

En la educación no hay modelos que deban seguirse a ciegas; es necesario ir más allá de las estructuras, ser flexibles. La rigidez no nos permite remontar vuelo; actúa como lastre y no como hélice.

Quienes elegimos expresarnos a través de la docencia, quienes asumimos la responsabilidad de educar tenemos que ser capaces de adaptarnos a cada caso en particular para ver más allá de los límites físicos y tener la sensibilidad necesaria para percibir cuándo actuar y cuándo no; cómo guiar pero dejando que cada uno descubra su camino.

Ser capacitadores, líderes, coordinadores de grupos de trabajo -en instituciones o empresas- exige ser buenos observadores del medio que nos rodea, de los demás y - sobre todo- de nosotros mismos; exige también la capacidad de escuchar conscientemente a los demás.

Supone habilidades para atender y asistir a quienes se están "pariendo" a sí mismos. Ser educador es reconocerse como alumno de la vida; es tener la humildad de aprender a cada paso y ser capaz de renacer todas las veces que sea necesario.

Ser educador supone aceptar que todo está en constante movimiento y transformación; que todo es perfectible y que todo fluye.



Viajo a través del tiempo, a lo largo de mi vida. Me dejo ir hacia los rincones de mis experiencias sintiéndolas a flor de piel y en mis profundidades, reviviéndolas y comprendiéndolas.

Vivencias... Aparecen una tras otra como una secuencia infinita, que se enriquece cuando soy capaz de ir más allá usando mis ojos internos.

Me veo en la escuela durante mi niñez y adolescencia; me veo en las aulas y pasillos de la Universidad donde viví aquellos primeros años de mi juventud, allá por mis dieciocho y en aquellos institutos y academias, en donde realicé otros aprendizajes.

Sé que soy esencialmente- alumna de la Vida.

Siento que ella nos muestra, nos habla o nos da un espacio de silencio para que reflexionemos, para que comprendamos. La Vida nos invita a observar, a sentir, a experimentar, "a salir a escena" para aprender, para crecer, para transformarnos y finalmente, trascender.

Ser conscientes
de nuestro lugar en el universo, darnos cuenta que nos estamos dando cuenta de nuestras acciones, sentimientos, pensamientos, es parte de este aprendizaje de vida.

En ella se suceden conflictos, crisis, también momentos de tranquilidad, serenidad, confianza, paz. Nos sentimos seguros o inseguros, tenemos fe o la perdemos. Nada permanece igual ni en el mismo lugar; la transformación es constante y nuestros pasos han de continuar su camino.

Ser alumna y docente simultáneamente ha sido una elección. Vivo la experiencia de educarme para educar; de aprender para enseñar; de estar junto a la pizarra y con los alumnos y de crecer con ellos.

Se me ocurre entonces presentarles una idea de educar con visión holística, sin fronteras geográficas ni ideológicas ni mentales.

Tal vez sea éste un modelo para armar en equipo, cooperando unos con otros para hacerlo posible y lograr la excelencia en cada aspecto de la vida cotidiana, personal y en comunidad.



"Semillas para la Vida" es un programa de educación con visión holística que trasciende el ámbito escolar e integra la familia y la comunidad al proceso educativo de niños, jóvenes y adultos por medio de actividades compartidas.

Considera que Educar va más allá de las fronteras del aula y que el educador es el maestro, el profesor y también cada miembro de la familia y de la comunidad en general.

Considera que educar es Crear, Gestar, Parir, Sacar a Luz; que es parte de la vida, porque la vida es aprendizaje.

Cada una de las "semillas para la vida" es un proyecto que se concreta en tres vertientes:

escuela
(alumnos/docentes)

familia
(padres, hijos, abuelos y la cadena de vínculos que se generan en ella)

comunidad
(vecinos, gobierno, instituciones, organizaciones no gubernamentales, empresas, etc.).

Este programa propone:

*El cooperativismo en la educación:

La sinergia, tareas en equipo, el trabajo en redes, la integración desde la cooperación sin estructuras jerárquicas, donde cada individuo o grupo asume plena responsabilidad por lo tiene que hacer y lo comunica al resto para realizar tareas conjuntas, es considerado como sostén para una educación que permite a cada uno dar lo mejor de sí mismo; enriquecer el aprendizaje personal y el de la comunidad y prepararse para una convivencia en armonía.

*Que el educador desarrolle ciertas capacidades y luego facilite este proceso en otros

* de adaptarse a cada caso y ver más allá de los límites impuestos por la realidad física. (considere que las metodologías pueden tener tantas variables como modos de ver la realidad; lo que aparece ante los ojos puede estar distorsionado por filtros personales de percepción de la realidad; que los "mapas pueden diferir del territorio"; que no se aferren a modelos rígidos)

*Tener la sensibilidad necesaria para percibir cuándo actuar y cuándo esperar y cómo guiar dejando que cada uno descubra su camino (usar la intuición como guía de sus acciones personales)

*Ser observador consciente de sí mismo, en primer lugar y luego de los demás y del medio ambiente (aprender para enseñar; educarse para educar)

*Tener la humildad de aprender a cada paso (reconocerse en situación permanente de aprendizaje; reconocer la existencia del Maestro Externo y del Maestro Interno)

*Ser consciente del lugar que ocupa dentro del Universo, de las propias acciones, sentimientos, pensamientos (expandir su conciencia partiendo del hecho de darse cuenta que se está dando cuenta y ampliarla en cada instancia de su vida personal y como miembro de un grupo)

*Ser capaz de renacer todas las veces que sea necesario (estar siempre listo para volver a empezar y cambiar de rumbo cuando la vida así lo determine en el sentido de la evolución).

*Experimentar el sentido de la UNIDAD en sí mismo y con el mundo que lo rodea hasta llegar a sentirse UNO con el resto del Universo.(tomar conciencia de ser parte de un todo mayor y de ser una unidad cuerpo-mente-emociones-espíritu)

*Ampliar su capacidad de comunicación aprendiendo a escucharse y escuchar a los demás, a observar conscientemente los lenguajes no verbales y percibirlos cuando sus señales no son visuales sino de otro orden energético.

*Desarrollar la capacidad de utilizar diferentes recursos que integren la unidad cuerpo-mente-emociones-espíritu

El programa "Semillas para la Vida" propone acciones concretas, capaces de generar transformaciones profundas, activando en nosotros aquellos valores que nos permiten "crecer", expresarnos en libertad, comprender los procesos de la vida y experimentar valores tales como la bondad, la solidaridad, la cooperación, el respeto y el amor.

Se implementa a través de talleres, cursos de capacitación para docentes, para alumnos actividades para padres, para la comunidad en general, integración entre escuela, familia y comunidad; ediciones, página web, organización de congresos, encuentros, foros, actividades en red, talleres y cursos especiales que se integran a programas de alfabetización de jóvenes y adultos y un anexo especial, dedicado a la Educación para la Salud.

El objetivo general de las actividades es generar espacios de aprendizaje y reflexión, que favorezcan el crecimiento personal, el desarrollo pleno de las potencialidades individuales y la capacidad para expresarlas a través de la tarea cotidiana.

" Semillas para la Vida" es un puente entre la educación formal y no-formal; trasciende la escuela y se inserta en la vida misma.