Mandala “Ilumina” (E. Mónica Shocron B.)



Frase inspiradora

O consumo é a única finalidade e o único propósito de toda produção” –

Adam Smith



CONSUMO CONSCIENTE”

¿Somos consumidores conscientes o nos dejamos abrazar por los consumos “inconscientes y automáticos”?



Me gusta elegir una “expresión” y conectarme con todas las visiones posibles que ella pueda mostrarme y, desde ahí, generar analogías que faciliten otras miradas,que despierten nuevas formas de ver, para poder recrear nuestra realidad cotidiana -individual y colectiva-cada vez que las circunstancias de la vida, así lo pidan.

Te propongo entrar en el juego y compartir este ejercicio mental para poder descubrir otros ángulos de visión y crear otras realidades posibles.



Una expresión puede inspirarnos a ir más allá de su uso habitual, porque nuestra mente tiene el privilegio de alojar infinitas ideas y pensamientos y la capacidad de crear secuencias, desde un concepto o idea, que nos faciliten el diseño de nuevas realidades.

Consumo consciente… Es una expresión que me inspira a compartir miradas y reflexiones y hacer de las palabras una fuente de creatividad que facilite el cambio y la transformación dela conciencia, que nos ayude a ser observadores conscientes de nuestra realidad cotidiana, de nuestras conductas y actitudes, de nuestra visión dela vida y del modo en que decidimos vivirla.

Cuando hablamos de consumo…habitualmente con vinculamos con lo económico, con la producción, el intercambio de bienes, el poder adquisitivo, lo material –sean objetos o dinero-

La misma frase inspiradora que nos convoca en esta edición, puede llevar nosa la observación y reflexión acerca del consumo desde este punto de vista…

Pero me gustaría proponerte una lectura adicional sobre el llamado “consumo consciente”, y ejercitar así, la conciencia testigo, la mirada profunda, la observación atenta, la reflexión… para poder darnos cuenta de las posibilidades que la transformación de la conciencia puede brindarnos para lograr una convivencia con mayor coherencia y equilibrio vital, lo que llamaríamos comúnmente, una mejor calidad de vida.

Existen otros tipos de consumos que pueden acercarnos o alejarnos de una vida saludable, equilibrada, evolutiva. Esos consumos pueden ayudarnos a transformar nuestro modo de vida y a encontrar la armonía perdida, aquel punto de equilibrio y de coherencia que se nos escapó de las manos.

Esos consumos son especialmente aquellos consumos conscientes de ideas o ideologías, pensamientos, acciones… que pueden dar un toque a la conciencia y posibilitar la evolución de nuestro aspecto humano y planetario.

Qué consumimos?

Además de alimentos, productos naturales y elaborados, vestimentas, también consumimos ideas, sentimientos, arte, noticias, músicas, imágenes, juegos, slogans o frases hechas y reproducidas automáticamente, dietas estandarizadas y “viralizadas”...Sólo para mostrar algunos otros tipos de consumos posibles.

Veamos juntos...

Nuestra visión varía según el ángulo de observación y también, según nuestras experiencias de vida, que aportan sus ingredientes subjetivos y algunas dosis de sabiduría… Hay muchos puntos de vista posibles para la reflexión y es un buen momento para descubrirlos.

Los ritmos actuales parecieran acelerarnos y nos llevan por la vida a gran velocidad, al punto que en esa carrera se nos pierde la claridad de observación de ciertos detalles que tal vez sean importantes, nublando nuestra visión. Es por esto que necesitamos hacer más pausas, bajar el ritmo acelerado y detenernos de tanto en tanto, para observar y observarnos.

Y nos pregunto

Cuántas veces hemos hecho una pausa para mirarnos atentamente en lo más profundo y con la más absoluta sinceridad?

Cuántas veces nos hemos sumado a los hábitos de consumo de otras personas,buscando un sentido de pertenencia o una identidad que, posiblemente nos alejan de lo auténtico?

Cuántas veces consumimos “en masa” o porque el grupo lo hace?

Cuántas veces nos convertimos en consumidores “por moda”, o por “usos y costumbres”?

Cuántas veces hacemos una pausa para reflexionar acerca de nuestros consumos?

Y la serie de preguntas podría seguir…Seguramente se te ocurran otras más.

Preguntarnos es una práctica interesante para abrir nuestros ojos y oídos y descubrir respuestas inspiradas e inspiradoras,que nos llevan a crear rutinas para facilitarnos la observación y el desarrollo de nuestra capacidad de “ser conscientes” de nuestros hábitos, actos, pensamientos, actitudes…

Despertar nuestra conciencia testigo” es parte de las prioridades actuales; es un buen ejercicio para incorporar en nuestras rutinas cotidianas yen la planificación de cada día. Lograr que nuestra atención esté alerta, facilita y agiliza los cambios personales y las transformaciones que,como humanidad planetaria, necesitamos efectivizar.

Sobredosis de consumo”…

Seguro que esta expresión moviliza nuestra atención y nos lleva a reflexionar acerca de aquellos consumos que perjudican no sólo la salud corporal, sino nuestra vitalidad esencial, nuestro mundo emocional, afectivo, mental… nuestras relaciones y la convivencia.

Al hablar de sobredosis nuestra mente piensa en “excesos” y al decir “sobredosis de consumo”, ella evoca la idea de consumo excesivo y destructivo, que a su vez, implica acciones compulsivas y difíciles de detener o evitar; casi podría decirse, que activa “conductas reactivas, no-conscientes”.

De hecho, frente a cualquier adicción al consumo, cualquier limitación que le sea impuesta desde afuera, produce algo así como un síndrome de abstinencia, y en lugar reducirlo, el consumo se vuelve impulsivo, compulsivo, destructivo e imposible de detener, deteriorando las fuentes de suministros y el equilibrio vital personal.

Consumismo adictivo

Existen infinidad de estímulos externos cotidianos que invitan e incitan al consumo de alimentos, indumentaria, productos de belleza, productos farmacéuticos, bienes de todo tipo y también, de arte, música, ideologías, información periodística, textos de variedad de contenidos.

Muchas veces, la entrega “a ciegas” a esos estímulos externos,se vuelve adictiva, dándole un poder excesivo sobre la toma de decisiones personales al momento de elegir qué, cuánto y cuándo consumir. Desaparecen los filtros que ponen la conciencia y la coherencia y se van generando conductas automáticas; desde ahí, es apenas un paso para llegar a los consumos adictivos, que poco tiene que ver con la satisfacción de las auténticas necesidades personales y hasta pueden despertar el trastorno dela “acumulación compulsiva”.

El temor a la escasez

El miedo a quedarse sin abastecimiento, el miedo al vacío, a la falta de suministros, a las pérdidas, el miedo a la incapacidad de cubrir las necesidades… despierta un sentimiento de inestabilidad y de temor a la escasez.

Esta percepción particular de la realidad personal genera conductas de consumo que conducen posiblemente a la acumulación excesiva de bienes, que se aleja del consumo razonable, y que por lo tanto, produce la ruptura de los límites determinados por el “consumo coherente y consciente”.

Cuáles son los límites de nuestros consumos?Quién los pone?

Algunos límites a los consumos, como por ejemplo consumo del agua y la energía, se imponen“desde afuera”, a través de las “normas legales”,para regular el orden comunitario. Esos límites procuran establecer y sostener un balance general del consumo que garantice un equilibrio en la convivencia.

Pero las normas, no siempre pueden garantizar la estabilidad de las conductas consumistas en el contexto de la sociedad. Existe un ingrediente básico para tener en cuenta, el factor “conciencia”, que regula la coherencia de nuestras acciones.



Los límites que pone nuestra conciencia, los que nacen del darnos cuenta de las verdaderas necesidades, de aquellas que son esenciales para nuestro equilibrio y para la vida, se vinculan con el consumo consciente y crean patrones de consumo cuidadoso, balanceado y coherente.

El auténtico poder en cuestiones de cambios está en la conciencia de cada uno; es por eso que necesitamos reconocer la importancia de nuestro entrenamiento cotidiano para convertirnos en “seres conscientes” de tiempo completo.

Nuestro “ser” sabe, tiene la certeza, se conecta con las fuentes infinitas de información a las que accedemos por inspiración…

Si sólo ponemos el poder afuera, si dependemos exclusivamente de las normativas convencionales, de lo externo, apenas lograremos cambios temporarios; pero si dejamos que nuestro ser consciente sea parte activa, seguramente guiará nuestras decisiones, orientará nuestras conductas y los cambios que nazcan de esa fuente, serán profundos, coherentes y duraderos.

Ser conscientes de nuestros consumos nos lleva al equilibrio

Cuando logramos sostener nuestra calidad de seres conscientes, cuando tenemos conciencia plena de nuestros actos, nuestros hábitos, nuestras costumbres y modalidades de consumo, logramos sostener un balance y los límites que evitan los consumos innecesarios, surgen naturalmente y con suavidad.

Y para concluir, por ahora, con esta secuencia de miradas y reflexiones y,recordando lo que muchas veces hemos compartido, renuevo la propuesta de ser “consumidores conscientes de momentos de silencio”.

Porque en los momentos de silencio podemos estar en compañía de nosotros mismos, podemos vernos y escucharnos en nuestras profundidades sin interferencias externas; podemos descubrir aquellos detalles que sólo se perciben en estos encuentros íntimos con nosotros mismos, que son ingredientes básicos para una vida plena, en balance y en coherencia.



Esther Mónica Shocron Benmuyal

Embajadora de Paz

Distinción otorgada por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

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