Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
27/09/2019 (Nº 69) EL PODER DE LA VIDA ESTÁ EN LA NATURALEZA LA MAGIA DE LO SIMPLE
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Mandala “Renacer a la vida eterna” (E.M.Shocron)

El poder de la vida está en la naturaleza”

La magia de lo simple

Frase inspiradora

Fui criado no mato e aprendi a gostar das coisinhas do chão. - Manoel de Barros

Reflexiones en voz alta y algo más…

El poder de la vida está en la naturaleza.

Podemos buscar miles de formas para vivir, podemos pensar y pensar cómo hacerlo poniendo prioridades que se alejan de lo esencial… Pero el secreto de una buena vida, sigue estando en la naturaleza.

Entonces… Qué hacemos?

Ya es tiempo que aprendamos de la naturaleza; que descubramos en ella la simpleza, la fluidez, el funcionamiento de la vida en armonía.

Es tiempo ya de hacer cambios de actitudes, de generar acciones renovadas, de re-visarnos cada día para darnos cuenta del modo ecológico de hacer las cosas y de vincularnos con las demás personas, con nuestro hábitat, con todos los bienes culturales que forman parte de nuestro mundo cotidiano.



Es tiempo de reflexiones profundas, de abandono de cualquier tipo de egoísmos, de ver un poco más allá de nuestras propias narices y darnos cuenta que somos parte de un todo mayor y que, de nosotros depende lo que ocurra para todos.

La naturaleza se desnuda ante nuestros ojos y sentidos y nos muestra claramente con hechos que nos conmueven hasta lo más profundo, la urgencia de transformarnos y convertirnos en seres con una conciencia expandida, capaces de renovar nuestra visión acerca de la vida y todo lo que ella involucra.

La naturaleza llega a situaciones extremas para hacernos “ver” estas urgencias de transformación de la conciencia. Peropareciera que se nos nubla la visión y nos quedamos en la congoja, la queja, en las palabras que se repiten como slogans… y olvidamos que las primeras acciones a considerar tienen que ver en realidad, con nosotros mismos, con nuestra propia transformación, nuestro crecimiento y madurez como seres humanos-planetarios y cósmicos.

Es importante, entonces, revisarnos día a día, mirarnos hacia adentro antes de señalar a otros lo que deben hacer. Es importante recordar que somos espejo de lo que vemos afuera…

Una de las preguntas que me viene a la conciencia cuandoescucho o veo reclamos y dedos que señalan hacia afuera es:

¿Qué hace quien señala a otros como “culpables” para evitar ser el fiel reflejo de lo que reclama? Porque “ver” significa mucho más que señalar… significa ser ese cambio que anhelamos se convierta en la realidad.

Y ésta es una pregunta que me hago cuando me descubro a punto de hacer lo mismo… Por eso, siento que nos involucra a todos, cada vez que manifestemos esta misma actitud.

Llevando nuestra mirada hacia circunstancias actuales, percibo la importancia de darnos cuenta que un “gran incendio” no se apaga sólo con una gran cantidad de agua…

Aunque la naturaleza se regenere a sí misma, sucesos como éstos que se transforman en desastres ecológicos, exigen también un cambio urgente de actitud, de conciencia y de visión,como parte esencial para ayudar a la naturaleza a serenarse y volver a la armonía; para que las heridas cierren y sanen. Exigen una visión ampliada de roles y responsabilidades de cada uno de nosotros,que va más allá de las circunstancias geográficas, culturales y étnicas y se vincula con la esencia de nuestra humanidad-planetaria, que trasciende todo tipo de fronteras.

Escuché decir en estos días… “El poder de la vida está en la naturaleza! Salve el planeta! Salve la Tierra!!!” Y realmente, percibí un llamado desesperado que conmoviómis fibras más íntimasy –seguramente- las de quienesson capaces de escuchar lo profundo de este mensaje,tan simple como poderoso.

Pero también siento queva más allá de señalar culpables;que es cuestión de soltar viejos patrones de separatividad, egoísmos, soberbia, miedos… y asumirnos como un todo en su más rica diversidad, con humildad y generosidad.

Es una cuestión de “re-focalizar” nuestras miradas, de re-calibrar nuestros pensamientos y acciones, de ampliar nuestra sensibilidad y encontrar en lo simple y cotidiano, la sabiduría de aquellas respuestas aptas para guiarnosen el día a día, en nuestro modo de vivir en comunión con todo.

Las quejas reiteradas,lejos de producir“la gran transformación”, producen miradas fuera de foco que restan las fuerzas necesarias para generar las auténticas transformaciones evolutivas, afectando tanto a quienes las pronuncian como a quienes las escuchan y a quienes se suman a ellas, alimentándolas.

Es hora de dejar fluir en todo nuestro “ser físico-sensible-pensante”,la fuerza de la vida en toda su magnitud y poner nuestro foco en sintonizarnos con ella.

Es hora de darnos cuenta que las situaciones actuales dependen básicamente de las conductas individuales y las actitudes personales, y no de las ideologías; que todo lo que hacemos como seres individuales da forma a las actitudes y acciones grupales y que revisarnos a diario personalmente, ayudará a moldearnos como sociedad, en la cual la responsabilidad es personal y simultáneamente, de todos juntos.

Nuestros procesos

Somos seres simples en nuestra propia complejidad con el poder de modelarnos voluntariamente y somos seres perfectibles con el don de la transformación personal.

Nuestras historias personales nos van moldeando; van diseñando modos de responder a los obstáculos, los conflictos, las dificultades y también, van despertando memorias lejanas de modelos de conducta y pensamientos de nuestros ancestros.

Cada uno de nosotros tiene su propia identidad, pero también refleja un poco la herencia cultural y familiar,sumado al producto cosechadode las experienciaspersonales de vida, a lo largo del camino.Todo contribuye al diseño de nuestros patrones de pensamientos y de conductas.

Recordemos que los pensamientos son generadores de proyectos, sueños y acciones y nosotros somos sus protagonistas y, también, que todos somos protagonistas de la historia compartida y por lo tanto, responsables del modo de escribirla.

Por eso, cuando observo la costumbre generalizada de protestar, quejarse, responsabilizar a otros por las situaciones y las crisis, “me recuerdo” que todos somos responsables de lo que sucede comunitariamente.

Vivimos tiempos de cambios profundos y tenemos que aprender a identificarlos para poder comprenderlos y transformarnos con la mayor suavidad posible, hasta entrar en sintonía con ellos. Necesitamos observar más profundo a la naturaleza y encontrar ese punto de conexión armónica con ella, percibiendo la sabiduría que ella nos transmite generosamente.

Son nuevos ritmos, nuevas formas de ver la vida y su sentido profundo y de vernos a nosotros mismos -individual y colectivamente- con una mirada renovada profunda, desprovista de prejuicios y falsas creencias.

Es momento de asumir nuestro protagonismo en nuestra transformación personal y social, animado por la sabiduría profunda y asumiendo la responsabilidad personal de ejercitar diariamente la mirada interna para poder entrar en sintonía con aquellas fuerzas que impulsan los grandes cambios evolutivos de todo el planeta, que nos involucra a todos los seres vivos que lo habitamos.

Entrar en sintonía con la fuerza de la vida

Focalizar lo simple facilita nuestra sintonía con la fuerza de la vida.

Adoptar el hábito de abrazar lo simple nos da esa hermosa sensación de dejarnos fluir, de ir al encuentro del equilibrio suavemente, de movernos en armonía, de encontrar respuestas, resolver conflictos, de trascender nuestras oscuridades y de hacer visible con facilidad,lo que estaba oculto para nuestra percepción.

Ahora, precisamos entrenar nuestra mirada para ver lo simple y descubrir fácilmente lo esencial, para aprender a liberarnos de patrones confusos y complicados y vivir con simpleza y profundidad.Y esto es un ejercicio cotidiano.

Cómo aprender a ver los simple?

Nuestros sentidos serán nuestros maestros, nuestros guías.

Muchas veces, a lo largo de estos años, hemos compartido prácticas e inspiraciones para ayudarnos en la expansión de nuestra sensorialidad. Porque son los sentidos los que nos brindan datos fieles vinculados a todo lo referente a la vida; son nuestros sensores de la verdad.

Y aunque nuestra mente ayuda al entendimiento es nuestra percepción la que nos ayuda a la comprensión profunda.

Seguramente, cuando estamos a punto de actuar, nuestra acción -además de estar precedida de pensamientos que la determinan- estará acompañada de sensaciones, a veces tan sutiles que las pasamos por alto. Pero si ejercitamos el darnos cuenta de ellas, estaremos cada vez más conscientes de su existencia, sus códigos, sus significados y podremos recurrir a ellos como asistentes cotidianos de decisiones antes de actuar, en camino hacia nuestra transformación evolutiva.

Dediquemos parte de nuestro tiempo a observar lo que estimula nuestros sentidos y despierta nuestra sensibilidad; así podremos diferenciar lo esencial de lo superfluo; la verdad de las apariencias.



Necesitamos liberarnos de las conductas y comportamientos automáticos y estereotipados y abrazar las conductas y comportamientos conscientes y guiados por nuestra “conexión esencial”.

Aquí comparto algunas preguntas que estuvieron dando vueltas en mi mente cuando estaba por comenzar a escribir. Fueron un poco las que movieron la energía para que las palabras comenzaran a fluir.

Tal vez puedan inspirarnos para seguir reflexionando… Quizás, nos movilicen para moldear nuestra transformación con una visión renovada y en comunión con la sabiduría de la vida…

Por qué y para qué hacemos las cosas más difíciles?

Por quéy para qué insistimos en repetir viejos modelos obsoletos?

Por qué y para qué nos aferramos a las ideologías perdiendo el foco de la visión profunda?

Por qué y para qué nos desconectamos de la esencia empecinados en tener razón?

Por quéy para qué sobrevaloramos lo complicado en lugar de valorar lo simple?

Por qué y para qué buscamos la grandeza a través de lo complicado si la grandeza nos aguarda en las pequeñas cosas de la vida?

Que tan a menudo reflexionamos acerca de las verdades y las mentiras de nuestras palabras y nuestras acciones?

Y estas preguntas de “por qués” y “para qués”, pueden abrir nuestra mente y llevarnos más allá de las causas y descubrir para qué hacemos lo que hacemos, dándole sentido profundo y coherencia.

Y antes de decirnos “hasta el próximo encuentro”, tomo prestada esta frase de Antoine Saint-Exúpery, autor de “El Principito” para profundizar nuestras pesquisas en “voz baja”: “La perfección al final se alcanza no cuando ya no haya nada que agregar… sino cuando ya no haya nada que quitar.”

Esther Mónica Shocron Benmuyal

Embajadora de Paz

Distinción otorgada por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

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Ilustrações: Silvana Santos